El secado por pulverización, el método de deshidratación de elección para las industrias alimenticias y farmacéuticas, emplea un atomizador y una corriente de gas caliente para producir polvos secos, gránulos o aglomerados a partir de un líquido o suspensión. El atomizador dispersa el alimento líquido en gotas finas de las cuales el líquido se evapora, dejando sólidos. Los productos secados con este proceso incluyen leche en polvo, mezcla de pastel, café instantáneo, detergente, colorante, polvo de cerámica y extracto de levadura.
La capacidad de un solo paso para completar el proceso de secado en segundos le da una ventaja sobre otras técnicas de secado industrial. En la industria alimentaria, el secado rápido juega un papel vital para garantizar una pérdida mínima de sabor general. El proceso funciona con principios básicos y se presta a la automatización. El proceso es versátil y adaptable a una amplia gama de industrias y sus especificaciones de materia prima y de productos. Prácticamente cualquier materia prima que se pueda bombear (soluciones, suspensiones, lloses, derretidas, pastas, geles) también puede secarse en aerosol.
El secado por pulverización produce polvos de tamaño de partícula controlable y calidad general. Otras características manipuladas durante el secado por pulverización incluyen densidad de granel, grado de cristalinidad y niveles de solventes residuales. Ser capaz de controlar estos parámetros hace que el proceso sea deseable para industrias como los productos farmacéuticos, donde la absorción óptima de un fármaco depende en gran medida del tamaño de partícula. En la producción de colorante, los polvos de consistencia uniforme aseguran su conveniente dispersión en las suspensiones de pintura. La industria alimentaria pone una prima en el contenido de humedad, lo que determina la vida útil de un producto.
